El período Meiji finalizó con la muerte del emperador en 1912 y el consiguiente ascenso al trono del Emperador Taishō. El nuevo emperador era un hombre sumamente enfermo y débil, tanto física como mentalmente, por lo que durante su mandato se mantuvo alejado de cuestiones políticas y las decisiones del gobierno recayeron en la Dieta y su gabinete. Debido a su incapacidad, su hijo Hirohito fue nombrado «Príncipe regente» en 1921.
Primera Guerra Mundial
Buscando afianzar su esfera de influencia en China y aprovechando que Alemania estaba ocupada en el escenario europeo, Japón le declaró la guerra en agosto de 1914 y rápidamente ocupó los territorios arrendados por este país en la provincia de Shandong en China, así como las Islas Marianas, las Carolinas y las Islas Marshall en el Pacífico. Japón además intentó consolidar su posición en China aprovechando que sus aliados estaban ocupados en la guerra, por lo que intentó que este país firmara las «Veintiún demandas» , las cuales prácticamente convertirían a China en un protectorado japonés. Ante el repudio internacional, un creciente sentimiento anti japonés en China, así como la demora del gobierno chino, finalmente en mayo de 1915 se firmó un tratado de trece demandas, entre las cuales se contemplaba que China no daría en concesión islas o costas a terceros.
En 1917 los Estados Unidos entraron en la guerra y se encontraron como aliados de los japoneses a pesar de las fricciones causadas por la situación en China y la competencia por ganar influencia en el Pacífico. Con el afán de evitar tensiones, se firmó el Acuerdo Lansing-Ishii en noviembre de ese mismo año.
En 1919 Japón se encontró del lado de las «grandes cinco» potencias durante la Conferencia de Paz de Versalles. A Japón se le concedió un asiento permanente en la Sociedad de Naciones y además se le transfirieron los derechos que había tenido Alemania sobre Shandong. Finalmente, las islas del Pacífico que poseía Alemania fueron puestas bajo mandato japonés, llamado Mandato del Pacífico Sur.
Democracia Taishō
Desde la instauración de un nuevo sistema político con la Constitución Meiji sólo miembros de la élite aristócrata tenían acceso a los puestos elevados en los partidos políticos, los gabinetes, la Cámara de Pares o de los consejeros del emperador, pero entre 1918 y 1932 la situación política del país cambió: aunque los partidos políticos seguían siendo liderados por la élite, los políticos se vieron obligados a trabajar coordinadamente con la corte, la burocracia y los militares debido a una consciencia más democrática de las masas, quienes además comenzaron a agruparse y los estudiantes se volvieron políticamente activos. Por consecuencia, los partidos jugaron un papel protagónico en la política nacional.
Otro cambio importante tuvo lugar en 1925, cuando se estableció el sufragio universal para los varones, lo cual incrementó la base electoral a más de doce millones.
Gran terremoto de Kantō
El 1 de septiembre de 1923, poco antes del medio día ocurrió uno de los terremotos más fuertes de la historia en la región de Kantō, con una magnitud estimada en los 8,3 grados en la escala de Richter. El movimiento en las placas tectónicas ocasionó además un fuerte tifón: en Kamakura las olas llegaron a alcanzar los 5 metros de altura, mientras que en Atami alcanzaron los 13.
Se calcula que alrededor de 110.000 personas perdieron la vida, ya fuera por los efectos del terremoto, el tifón subsecuente, así como una gran cantidad de incendios que se prolongaron durante varios días.
A las pérdidas humanas por las causas anteriores también se le debe de agregar las resultantes de varias olas de violencia en contra de activistas políticos, coreanos y chinos por parte de civiles, policías y militares que tuvieron lugar durante algún tiempo después de la tragedia.
